La medicina maya y los Dzac Yah , utilizaban todo lo que naturaleza pudiese aportar para los rituales de sanación, esto incluía el uso de gusanos para las llagas; insectos, sangre de iguana para las verrugas, tarántulas quemadas para tratar la tuberculosis, entre otros.
¿Quiénes con los Dzaz Yah?
Dzac Yah, palabra que maya que significa “El que cura a otros”
Son personas que poseen la habilidad de interpretar las características somáticas de una enfermedad (mediante la conversación con el paciente y la auscultación, si es necesario) y establecer acciones basadas en el diagnóstico de la misma.
La medicina entre los mayas era una mezcla de religión y ciencia. Era practicada por sacerdotes que heredaban sus posiciones y recibían una educación extensa.
Los mayas suturaban heridas con cabello humano, reducían fracturas usando yesos. Eran dentistas habilidosos, que incluso hacían próstesis de Jade y turquesa, hacían rellenos de pirita, y usaban navajas de Obsidiana.
Principios de la medicina medicina maya
El concepto de “fuerza de vida” o Ch’ulel: El Ch’ulel une a todo. La meta del sanador Maya es el balancear el flujo del Ch’ulel en el cuerpo.
El reconocimiento de ciclos naturales y la veneración a las plantas
El sanado tiene un enfoque integrativo y comprensivo: El paciente, el sanador, los espíritus, las plantas y los dioses trabajan conjuntamente para la curación.
El estado de la sangre: Lo que también ayuda a distinguir entre el origen de las enfermedades físicas y espirituales (emocionales) y determinar el tratamiento.
El frío y caliente: Las plantas “calientes” trataban enfermedades “frías” y viceversa.
El poder de las plantas
Los mayas usaban todo un universo de plantas, incluyendo las psicotrópicas, para curar las dolencias del cuerpo y de la mente. Tras la ingestión de alguna de estas últimas, el paciente soñaba y revelaba la causa física o espiritual de sus males. Otras veces era el médico, o dzac-yac, quien las tomaba para descubrir qué padecía el enfermo.
El arte curativo de la tradición maya constituye un recurso que ha permitido y sigue aun permitiendo a muchas comunidades mayas yucatecas, así como a muchos otros grupos indígenas de México, resolver sus problemas básicos de salud.