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El rol del podólogo en la salud geriátrica

A medida que envejecemos, los pies sufren cambios significativos que pueden afectar la movilidad y la calidad de vida. La podología geriátrica juega un papel crucial en la prevención y el tratamiento de afecciones comunes en adultos mayores, ayudando a mantener su autonomía y bienestar general.

Las personas mayores suelen padecer problemas como uñas engrosadas, callosidades, hongos, deformidades articulares y complicaciones derivadas de enfermedades crónicas como la diabetes. Un podólogo especializado no solo trata estas afecciones, sino que también ofrece asesoramiento sobre el uso adecuado de calzado, higiene y ejercicios para fortalecer los pies.

Uno de los problemas más graves en esta etapa de la vida es el pie diabético, que puede derivar en infecciones severas e incluso amputaciones si no se trata a tiempo. La podología desempeña un papel clave en la detección temprana de úlceras y en la implementación de medidas preventivas para evitar complicaciones.

Prevención de caídas y mejora del equilibrio en adultos mayores

El riesgo de caídas aumenta considerablemente con la edad, y muchas de estas caídas están relacionadas con problemas podológicos. Un podólogo puede evaluar el estado de los pies y recomendar plantillas ortopédicas, ejercicios de fortalecimiento y tratamientos adecuados para mejorar el equilibrio y la estabilidad. Además, un correcto cuidado podológico reduce el dolor y la incomodidad al caminar, lo que favorece un estilo de vida activo y saludable en la tercera edad. La prevención y el tratamiento oportuno de las afecciones podológicas contribuyen a una mayor independencia y bienestar en los adultos mayores.

~ Acosta Rodríguez Angelica (2025) El rol del podólogo en la salud geriátrica

 

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