La lumbalgia: Síntomas y tratamiento
¿Qué es la lumbalgia?
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La lumbalgia es el nombre clínico por el que se le conoce al dolor crónico en la espalda, el cual afecta generalmente a la zona baja de la espalda, para ser exactos en cinco vértebras, las cuales van de la L1 a la L5.
Conocido de igual manera como dolor lumbar, esta afectación corporal suele ocasionar diferentes alteraciones, afectando la calidad de vida de quien la padezca.
¿Qué tipos de lumbalgia existen?
A su vez, cabe destacar que actualmente se conocen tres grados diferentes de lumbalgia, este depende de las afectaciones que lleguen a ocasionar al paciente.
Los grados de lumbalgia que se conocen medicamente hoy en día son:
- Agudo: Las molestias y dolor duran menos de un mes.
- Subagudo: Las molestias y dolor duran menos de uno hasta tres meses.
- Crónico: Las afectaciones suelen durar más de 12 semanas.
¿Cómo puedo saber si tengo lumbalgia?
Los especialistas en el tema han dado a conocer algunos síntomas que se suele presentar cuando existe presencia de lumbalgia en el cuerpo.
Sin embargo, no hay una sintomatología clara acerca de esta alteración corporal:
- Dolor local, específicamente en la zona baja de la espalda.
- Presencia de inflamación
- El paciente puede llegar a presentar contracturas musculares.
- Adormecimiento en extremidades inferiores o incluso en la zona.
- Cierto nivel de parálisis.
- Presencia de ciática.
- Molestias a la altura del riño.
¿Qué ocasiona el dolor en la zona lumbar?
Ahora bien, la lumbalgia puede ser ocasionada por diferentes factores entre ellos tenemos a los más comunes que son:
- Presencia de alguna tensión, lesión o accidente.
- Debido a contracturas musculares.
- A causa de esguinces.
- Por sobrepeso.
- En caso de que el paciente presente obesidad.
- Acumulación de estrés.
- Vida sedentaria.
- Calzado inadecuado.
- Mala postura.
- Durante el embarazo.
- Por síndrome premenstrual.
- Debido al uso de un colchón en mal estado.
Tratamiento para la lumbalgia
Entre los principales tratamientos para la lumbalgia encontramos los siguientes:
- Evitar zapatos de tacón.
- Asiste con el fisioterapeuta.
- Recurre a la masoterapia.
- En casos esporádicos toma algún medicamento para aliviar el dolor.
- Mejorando tu postura.
- Toma sesiones de ozonoterapia.
- Realiza actividad física.
- Acude con el quiropráctico.
- Usa la Presoterapia como tratamiento complementario (aplicar calor y frío para disminuir la inflamación muscular).
- Realizando técnicas de relajación.